«¿El fin justifica los medios?», y le da la vuelta por completo.
La doctora Emory Charbonneau, pediatra y corredora de maratón, desaparece en un sendero montañoso de Carolina del Norte. Su marido, Jeff, enfadado por una pelea reciente, denuncia su desaparición, pero para entonces el rastro de Emory ya se ha borrado.
Mientras la policía sospecha que Jeff se ha procurado un «divorcio instantáneo», Emory ha sufrido una inexplicable herida en la cabeza y, cuando recobra el conocimiento, descubre que es prisionera de un hombre con un pasado violento y siniestro que se niega a decirle su nombre. Emory decide que debe escapar de él, asumiendo todos los riesgos necesarios aunque su vida corra peligro.
Sin embargo, de forma inesperada, ambos se ven envueltos en un peligroso encontronazo con personas que tienen un código de justicia propio. Lo malo acaba siendo bueno en manos de un hombre que infunde temor, pero también despierta la pasión.
Maldad latente combina el increíble suspense y la potente narración que han convertido a Sandra Brown en una de las autoras más queridas a nivel internacional. Es una novela increíblemente absorbente sobre el amor, la traición y las elecciones que debemos hacer para sobrevivir.
¡Gracias a edicionesB por el envío!
"El castigo de cada uno corresponde con su delito."
De inmediato llamó mi atención la sinopsis de este libro y no dudé en leerlo. Me sorprendí bastante y me encantaría seguir leyendo de esta autora. Y, si bien, la sinopsis puede sonar muy similar a Perdida de Gillian Flynn, déjenme decirles que nada tiene que ver.
Emory, la protagonista de esta historia es doctora, vive para su trabajo y le encanta correr maratones, lo que la ha llevado a volverse incluso obsesiva acerca de entrenar y querer ganar. En poco tiempo habrá una maratón que ella organiza y se siente presionada para dar lo mejor de sí, por lo que decide irse a entrenar un fin de semana a otra ciudad, sola. Su esposo, Jeff se opone a que ella vaya sola, por lo que pelean y ella se va enojada. Sin embargo, el día en que va a realizar su entrenamiento, sufre un accidente y despierta en otro lugar.
Ese otro lugar es una cabaña en medio de la nada, rodeada de nieve y ningún humano a la vista...excepto el hombre que se encuentra en la misma cabaña. El no le dice su nombre, ni de dónde viene, ni nada de su pasado, es un completo misterio tanto para Emory como para los lectores.
Emory es un personaje bastante tranquilo y con el que cuesta un poco conectar. Si bien, como lector quieres saber qué es lo que ocurrió con ella y cómo llegó ahí, su personalidad y su forma de actuar es un poco distante en cuanto a sus sentimientos por la situación en la que está, se comporta de manera errática, lo que aleja un poco al lector. Sin embargo, eso va cambiando en medida en que el libro avanza y la historia comienza a "aclararse". Vamos conociendo más de Emory, pero no solo a través de sus palabras, sino que también a través de Jeff, su esposo, quien es el principal sospechoso de la desaparición de ella.
"El dolor es una enfermedad. Por desgracia es incurable."
El hombre misterioso de la cabaña, es un personaje sumamente intrigante. De inmediato sabemos que tiene un pasado que prefiere no contar y eso hace que nuestra atención se centre en él y que se empiecen a formular teorías acerca de lo que está escondiendo.
Y eso es uno de los mejores puntos del libro: estás TODO el rato intentando descifrar que ha pasado, quién es el culpable y por qué han sucedido las cosas. La autora hace un trabajo muy bueno armando clichés, después deshaciéndolos, luego construyéndolos de nuevo y otra vez los derrumba. Tuve muchas teorías en la cabeza y la autora fue muy hábil en confundirme y eso se agradece.
Hay variados personajes secundarios, entre los que contamos a Jeff, el esposo de Emory, quien tiene un comportamiento errático; Alice, la amante de Jeff; los colegas de Emory, quienes se preocupan muchísimo con su desaparición; los vecinos del hombre misterioso, hombres crueles que harían todo para salirse con la suya; un agente del FBI que busca al hombre misterioso; los agentes de policía que buscan a Emory, y muchos más que van narrando en diferentes focalizaciones (en tercera persona) y que comienzan a armar y a desarmar la trama de la novela.
Lo que menos me gustó fue que pasó mucho (en especial en el sentido emocional) en muy poco tiempo, por lo que a veces se hizo poco creíble taaanta trama en solo una semana.
Sin lugar a dudas, Maldad Latente es un libro de suspenso en el que en todo momento quieres saber qué está ocurriendo y en el que destaca la pluma de la autora.
"Yo no la retengo aquí, doctora (...) Los mantengo a ellos afuera."
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