¡Hola gente linda!
Les tenemos un adelanto de It Ends With Us de Colleen Hoover, libro que se publica el 02 de Agosto.
Iremos actualizando esta entrada cada vez que haya otro fragmento así que, ¡estén atentos!
La traducción es PROPIA, por lo que si la toman, den CRÉDITOS.
CAPÍTULO 1
Mientras me siento con un pie a
cada lado del precipicio, mirando hacia abajo desde 12 pisos a las calles de
Boston, no puedo evitar pensar en el suicidio.
No el mio. Me gusta lo suficiente mi vida para querer ver más allá.
Estoy más enfocada en otra gente, y
cómo ellos llegan a una decisión final de solo terminar sus propios días. ¿Alguna vez se arrepienten?En el momento
de dejarse ir y un segundo antes de llegar al impacto, debe haber un pequeño
remordimiento en esa breve caída libre. ¿Miran hacia el suelo mientras se
acerca a ellos y piensan, “Bueno, mierda. Esta fue una mala idea”?
De alguna manera, creo que no.
Pienso mucho sobre la muerte.
Particularmente hoy, considerando que justo – doce horas antes- di una de las
más épicas elegías que la gente de Plethora, Maine, han sido testigos alguna
vez. Está bien, quizás no fue la más épica. Fácilmente pudo haber sido la más desastrosa. Supongo que eso depende a quién le preguntes, a mi madre o a mí. Mi madre, quien probablemente no me hablará
por un año después de hoy.
No me malinterpretes: la elegía que
di no era lo suficientemente profunda para hacer historia, como la que Brooke
Shields dio en el funeral de Michael Jackson. O la que dio la hermana de Steve
Job. O la del hermano de Pat Tillman. Pero fue épica a su propia manera.
Estaba nerviosa al principio. Era
el funeral del prodigioso Andrew Bloom, después de todo. Adorado alcalde de mi
ciudad natal de Plethora, Maine. Dueño de la más prestigiosa agencia de bienes
raíces en los límites de la ciudad. Esposo de la sumamente adorada Jenny Bloom,
la más reverenciada asistente de profesora en todo Plethora. Y padre de Lily
Bloom – la extraña chica con el errático pelo rojo, quien una vez se enamoró
del chico sin hogar y trajo gran vergüenza a su familia completa.
Esa sería yo. Soy Lily Bloom, y
Andrew era mi padre.
En cuanto terminé de dar su elegía
hoy, tomé un vuelo directo a Boston y secuestré la primera azotea que encontré. De nuevo, no porque soy suicida. No
tengo planes de saltar de este techo. Realmente solo quería aire fresco y
silencio, y maldición si no puedo tenerlo en mi departamento del tercer piso
con absolutamente ningún acceso a azotea y sin compañera de cuarto a quien le
gusta escucharse a sí misma cantar.
No pensé en qué tan frío sería aquí
arriba, eso sí. No es inaguantable, pero no es cómodo tampoco. Por lo menos
puedo ver las estrellas. Padres muertos y compañeras de cuarto desesperantes y
elegías cuestionables no se sienten tan mal cuando el cielo nocturno es lo suficientemente
claro para literalmente sentir la grandeza del universo. Amo cuando el cielo me
hace sentir insignificante. Amo esta noche. Bueno… déjame reordenar esa frase
para que refleje más apropiadamente mis sentimientos en tiempo pasado. Me gustaba esta noche.
Pero desafortunadamente para mí, la
puerta acaba de ser abierta tan fuerte, que espero que la escala escupa a un
humano al techo. La puerta se cierra de nuevo y pisadas se mueven suavemente
por la suelo. Ni siquiera me molesto en mirar hacia arriba. Quien quiera que
sea lo más probable es que ni siquiera me note aquí atrás montando a horcajadas
el borde a la izquierda de la puerta. Vienen aquí con tal apuro que no es mi
culpa si asumen que están solos.
Suspiro calladamente, cierro mis ojos y apoyo
mi cabeza contra la pared de estuco atrás mío, maldiciendo al universo por
deslizar este pacífico, introspectivo momento lejos de mi. Lo menos que el universo
podría hacer para mí hoy es asegurar que sea una mujer y no un hombre. Si voy a
tener compañía, preferiría que fuera femenina. Soy ruda para mi porte y podría probablemente sostenerme en la mayoría de los casos, pero estoy demasiado cómoda
ahora mismo para estar en una azotea sola con un extraño en medio de la noche.
Quizás tema por mi seguridad y sienta la necesidad de irme, y realmente no
quiero hacerlo. Como dije antes…estoy cómoda.
Finalmente dejo a mi ojos hacer un
viaje por la silueta que se está apoyando en la cornisa. Como tengo suerte,
definitivamente es masculina. Incluso apoyándose sobre la barandilla, puedo
decir que es alto. Hombros anchos crean un fuerte contraste al frágil modo en
que está sosteniendo su cabeza en su manos. Apenas puedo notar el fuerte subir
y bajar de su espalda mientras toma profundos respiros y los fuerza afuera cuando los termina.
Pareciera ser que está al borde de
un colapso. Contemplo hablar para hacerle saber que tiene compañía, o aclarar
mi garganta, pero entre pensarlo y realmente hacerlo, él se da vuelta y patea
una de las sillas del patio tras él.
Me encojo mientras se desliza por
por el piso, pero como él no se da cuenta que tiene audiencia, el hombre no
para con tan solo esa patada. Patea la silla repetidamente, una y otra vez. En vez
de doblarse por la fuerza de la fuerza bruta de su pie, todo lo que la silla
hace es deslizarse más y más lejos de él.
Esa silla debe estar hecha de
polímero tipo marino.
Una vez vi a mi padre golpear una
mesa del patio de afuera de este tipo y prácticamente se rió de él. Abolló su
parachoque, pero ni siquiera rayó la mesa.
Este tipo debe darse cuenta que no
es un igual para material de tan alta calidad, porque finalmente para de patear la silla. Ahora está parado sobre
ella, manos apretadas en puños a sus lados. Para ser honesta, estoy un poco
envidiosa. Aquí está este tipo, echando afuera su agresión en un mobiliario de
un patio como un campeón. Obviamente ha tenido un día de mierda, como yo, pero
yo guardo mi agresión hasta que se manifiesta de una manera pasiva-agresiva,
este chico tiene una salida.
Mi salida solía ser jardinear.
Cualquier momento en que estaba estresada, solo iba al patio trasero y quitaba
cada hierba que podía encontrar. Pero desde el día que me mudé a Boston dos
años atrás, ni siquiera tengo un patio trasero. O un patio. Ni siquiera tengo
hierbas.
Quizás necesito invertir en una
silla de patio de polímero tipo marino.
Miro al tipo un momento más,
preguntándome si alguna vez se moverá. Solo está parado ahí, mirando hacia la
silla. Sus manos ya no están en puños. Están descansando en sus caderas, y noto
por primera vez cómo su polera no le calza muy bien alrededor de sus biceps. Le
calza en todos los otros lados, pero sus brazos son enormes. Él comienza a
buscar en sus bolsillos hasta que encuentra lo que ha estado buscando y – en lo
que estoy segura es probablemente un esfuerzo por soltar más agresividad-
prende un porro.
Tengo veintitrés, he ido a la
Universidad y he fumado la misma droga recreacionalmente una o dos veces. No
voy a juzgar a este chico por sentir la necesidad de drogarse en privado. Pero esa
es la cuestión – él no está en
privado. Solo que todavía no sabe eso.
Toma una larga fumada de su porro y
comienza a darse vuelta a la cornisa. Me nota cuando está exhalando. Para de
caminar el segundo que nuestros ojos se encuentran. Su expresión no muestra
sorpresa, ni tampoco diversión cuando me ve. Está a 10 pies lejos de mí, pero
hay suficiente luz de las estrellas que puedo ver sus ojos y lentamente se
arrastran por mi cuerpo sin revelar un solo pensamiento. Este tipo guarda bien sus cartas. Su mirada es estrecha y su boca está tensa, como una versión masculina de la Mona Lisa.
-¿Cuál es tu nombre?- pregunta.
Actualizado: 28/07
Siento su voz en mi
estómago. Eso no es Bueno. Las voces deberían parar en los oídos, pero a veces
– no muy seguido, en realidad- una voz penetra más allá de mis oídos y reverbera directo a mi cuerpo. Él tiene una de esas voces. Profunda, confiada,
y poquito como mantequilla.
Cuando no le respondo, lleva
de nuevo el porro a su boca e inhala otra vez.
-Lily-. Digo finalmente. Odio mi voz. Suena muy débil como para
siquiera llegar a sus oídos desde aquí, mucho menos reverberar dentro de su cuerpo.
Levanta su barbilla un poco
y empuja su cabeza hacia mí. -¿Podrías,
por favor, bajarte de ahí, Lily?-
No es hasta que lo dice que
noto su postura. Está parado derecho ahora, incluso rígido. Casi como si
estuviera nervioso de que me voy a caer. No
lo haré. El borde es al menos un pie de ancho, y no estoy mayoritariamente en el lado del suelo. Podría fácilmente agarrarme antes de caer, sin mencionar
que tengo el viento a mi favor.
Miro hacia abajo a mis
piernas y luego hacia arriba a él. –No gracias, estoy bastante cómoda donde
estoy.-
Gira un poco, como si no
pudiera mirar directo a mi.-Por favor baja- Es más una demanda ahora, a pesar
del uso de la palabra por favor. – Hay siete sillas vacías aquí-
-Casi seis- Corrijo,
recordándole que acaba de intentar asesinar a una. Él no encuentra graciosa mi
respuesta. Cuando fallo en acatar sus órdenes, da unos pasos más cerca.
-Estás a apenas a tres pies de
caer a tu muerte. He estado mucho alrededor de ella por un día.- Me señala que
me baje de nuevo. – Me pones nervioso. Sin mencionar que arruinas mi subidón-.
Ruedo mis ojos y muevo mis
piernas de lugar. –Que el cielo prohiba que un porro sea malgastado.- Me empujo
hacia abajo y limpio mis manos en mis jeans. -¿Mejor?- Digo mientras camino
hacia él.
Él suelta una bocanada de
aire, como si verme en la cornisa del techo lo hubiese tenido aguantando el
aliento. Lo paso para dirigirme al otro lado de la azotea con una mejor vista,
y mientras lo hago, no puedo evitar notar cuán infortunadamente lindo es él.
No. Lindo es un insulto.
Este hombre es hermoso. Bien afeitado, huele como
dinero, luce muchos años mayor que yo. Sus ojos se arrugan en las esquinas
mientras me siguen, y sus labios parecen desaprobar, incluso si no lo están. Cuando
alcanzo el lado del edificio que mira hacia la calle, me inclino adelante y
miro fijo a los autos abajo, tratando de no parecer impresionada por él. Puedo
decir solo por su corte de pelo que es el tipo de hombre por el que la gente se
impresiona fácilmente, y me rehúso a alimentar a su ego. No que haya hecho nada
para hacerme pensar que incluso tiene uno.
Pero está usando una polera Burberry casual, y no estoy segura si he estado
alguna vez en el radar de alguien que casualmente pueda comprar una.
Escucho pisadas acercándose por detrás mio, y luego él se apoya en la baranda a mi lado. Desde la esquina
de mi ojo, veo que toma otra calada de su porro. Cuando termina, me ofrece,
pero declino. La última cosa que necesito es estar drogada alrededor de este
tipo. Su voz es una droga en sí misma. Como que quiero oírla de nuevo, por lo
que lanzo una pregunta en su dirección.
-Entonces, ¿Por qué la silla
te hizo enojar tanto?-
Me mira, Como, realmente me mira. Sus ojos encuentran los míos y solo se queda
mirando, duro, como si todos mis secretos están aquí mismo en mi cara. Nunca he
visto ojos tan oscuros como los suyos. Quizás lo he hecho, pero parecen
oscurecerse más cuando están conectados a una presencia tan intimidante. No responde a mi pregunta, pero mi curiosidad
no descansa fácilmente. Si él me va a forzar a dejar una muy pacífica y cómoda
cornisa, espero que él me entretenga con respuestas a mis entrometidas
preguntas.
-¿Fue una mujer?- pregunto. -¿Rompió tu
corazón?-
Se ríe un poco con esa pregunta. –Si tan solo mis
problemas fueran asuntos tan triviales como los del corazón- . Se apoya en el
muro para poder mirarme. -¿En qué piso vives?- Él lame su dedo y pellizca el
final de su porro, luego lo pone en su bolsillo. – Nunca te he notado antes-.
-Eso es porque no vivo aquí- Apunto en la
dirección de mi departamento.- ¿Ves ese edificio de seguros?-
Entrecierra los ojos mientras mira en la
dirección que apunto –Sí-.
-Vivo en el edificio de al lado. Es muy bajo
para verlo desde aquí. Solo tiene tres pisos-.
Me está enfrentando de nuevo, descansando su
codo en el borde.- Si vives por allá, ¿qué haces aquí? ¿Tu novio vive aquí o
algo?
Su comentario de alguna forma
me hace sentir barata. Fue demasiado fácil – una frase para ligar amateur. Por
cómo luces, sé que debe tener mejores habilidades que esas. Me hace pensar que
guarda las frases para ligar más difíciles para las mujeres más valiosas.
-Tienes una linda azotea- Le
digo. Levanta una ceja, esperando más explicación. – Quería aire fresco. Algún
lugar donde pensar. Busqué en Google Earth y encontré el condominio de apartamentos
más cercano con una azotea decente.”
Me mira con una sonrisa. –Al
menos eres económica-él dice. – Esa es una Buena cualidad para tener-.
¿Al
menos?
Asiento, porque soy económica. Y es una buena cualidad
para tener.
-¿Por
qué necesitabas aire fresco?-Pregunta.
Porque enterré a mi padre
hoy y di un elegía épicamente desastrosa y ahora me siento como si no pudiera respirar.
Miro hacia adelante de nuevo y lentamente exhalo.
-¿Podemos no hablar por un rato?-.
Parece un poco aliviado que
pedí por silencio. Se inclina en el borde y deja que un brazo cuelgue mientras
mira hacia abajo a la calle. Se queda así por un rato, y me quedo mirándolo
todo el tiempo. Probablemente sabe que lo estoy mirando, pero parece que no le
importa.
-Un chico se cayó del techo
el mes pasado- dice.
Estaría enojada por su falta
de respeto a mi pedido de silencio, pero estoy un poco intrigada.
-¿Fue un accidente?-.
Encoge los hombros. –Nadie sabe.
Pasó en la tarde. Su esposa dijo que ella estaba cocinando la cena y él le dijo
que vendría aquí para tomar fotografías del atardecer. Era un fotógrafo.
Piensan que se estaba apoyando en la cornisa para sacar la foto de la línea del
cielo y se tropezó-.
Miro sobre el borde,
preguntándome cómo alguien podría ponerse a sí mismo en una situación en donde
podrían caerse por accidente. Pero luego recuerdo que yo estaba sentada a
horcajadas en el borde al otro lado del techo unos pocos minutos antes.
-Cuando me hermana me dijo
qué había pasado, lo único en lo que pude pensar fue si pudo o no obtener la
toma. Esperaba que su cámara no se haya caído con él, porque eso hubiera sido
una verdadera pérdida, ¿sabes?. ¿Morir por tu amor a la fotografía, pero ni
siquiera pudiste sacar la última toma que te costó la vida?
Su pensamiento me hace reír.
Aunque no estoy segura si debo reírme de eso. -¿Siempre dices exactamente lo
que está en tu mente?-.
Encoje los brazos – No a la
mayoría la gente-.
Esto me hace sonreír. Me
gusta que ni siquiera me conoce, pero por cualquier razón, no soy considerada la mayoría de la gente para él.
*Continuará*
12 comentarios:
No lei nada de Collen Hoover aun y la verdad es que le tengo muchas ganas!!! A ver si cae alguno de sus libros en mis manos.
Un besazo y gracias por la info
Mier-daaa! 😱😱😱😱
Nooooo!!!!! Lo cortó cuando se ponía interesante jajajaja :( primer capítulo y ya me enganché
Lo amo, definitivamente necesito mas��������
Dios, Colleen nunca me decepciona. ¡Estoy tan emocionada por esto!
Amiga, ¿qué esperas? ¡Los amarás! Todos y cada uno de sus libros son únicos, hermosos y te dejan marcada<3 deberías leer alguno de sus otros trabajos antes de que este libro se publique. ¡Te lo recomiendo!
Chicas ustsds van a traducir todo el libro?
Chicas ustsds van a traducir todo el libro?
Hola! No. Solo los fragmentos que han ido saliendo. La verdad es que no tengo tiempo para el libro completo y creemos que el mismo foro de siempre (LDC) serán las encargadas de traducirlo.
OMG... menos mal que queda nada para poder leeelo o moriría!!!
Unas pocas líneas y sé que me mantendrá despierta toda la noche hasta terminarlo ��❤��
OMG... menos mal que queda nada para poder leeelo o moriría!!!
Unas pocas líneas y sé que me mantendrá despierta toda la noche hasta terminarlo ��❤��
Me gustó el principio :)
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